Joel Álvarez lo volvió a hacer. En su debut en el peso wélter, el asturiano dio una auténtica lección de MMA al derrotar a Vicente Luque por decisión unánime (triple 30-26) en el UFC Río. Fue un combate que debió detenerse, pero que siguió por la resistencia del brasileño y la permisividad del árbitro Osiris Maia. Aun así, nada pudo empañar una actuación que confirmó que el español está listo para competir con los mejores de su nueva división.

El inicio tuvo ritmo y polémica. Álvarez y Luque comenzaron estudiándose, pero pronto el español impuso su distancia con precisión quirúrgica. Con un crochet perfecto al ojo, Joel provocó la confusión del árbitro, que interpretó erróneamente un piquete de dedos y detuvo la acción. La revisión mostró que fue un golpe limpio, y, tras la pausa, el asturiano castigó con dureza: varias rodillas consecutivas y combinaciones certeras que marcaron el primer asalto a su favor.

Luque trató de responder al avance español con golpes aislados, pero se encontró con un rival más rápido y eficiente. El público de Río animaba al brasileño, pero el ritmo de Álvarez se impuso con claridad. El segundo asalto fue, sencillamente, una exhibición. Luque intentó llevar el combate al suelo, pero Joel invirtió la posición con naturalidad y comenzó una descarga implacable de ground and pound. Durante más de dos minutos, el español golpeó sin cesar mientras Luque apenas se defendía. La pelea debió detenerse. No lo hizo. Y esa decisión convirtió el final del round en una escena de pura resistencia.

Al sonar la bocina, Luque apenas podía volver a su esquina. El árbitro le preguntó si quería seguir. Lo hizo, más por orgullo que por lógica. El tercer asalto fue un trámite. Joel, ya cansado, midió bien los riesgos, mantuvo el control y evitó castigar de más a un oponente prácticamente agotado. Incluso pareció contenerse, demostrando madurez y control.

El veredicto fue unánime: 30-26 en las tres tarjetas. Primera victoria a los puntos en la carrera de Joel Álvarez, y también una de las más completas de su trayectoria. Aceptó el combate con tres semanas de aviso, debutó en una nueva división y dominó a un veterano del octágono. Todo en la misma noche.

En su nuevo peso, Joel parece haber encontrado el equilibrio que necesitaba. Su envergadura, su ritmo de golpeo y su control en el suelo se combinaron en una actuación casi perfecta. Él mismo lo dejó claro después: en el peso wélter podrá pelear más a menudo y mantener la continuidad que busca desde hace tiempo.

El UFC Río fue el escenario donde el asturiano volvió a demostrar que tiene nivel para mucho más. Ya no se trata solo del mejor español en la compañía: Joel Álvarez es uno de los talentos más finos de Europa. Y lo hizo dejando claro algo que no todos logran en el salto de división: su poder también viaja con él.

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