El Etihad Arena fue testigo de una historia que parecía escrita desde hace años. Mackenzie Dern se proclamó campeona del peso paja de la UFC al vencer por decisión unánime a Virna Jandiroba, una rival que también llevaba una vida entera persiguiendo este momento.

El combate fue el reflejo de dos caminos paralelos. Jandiroba, veterana y constante, llegaba con cinco victorias consecutivas. Dern, más irregular pero con un techo altísimo, buscaba redención. Desde el inicio, la pupila del jiu-jitsu impuso ritmo con el jab y una presión constante.

En el primer asalto, Dern logró conectar manos limpias y frenar los intentos de derribo, aunque Jandiroba cerró el round con control desde arriba. El intercambio fue tenso, técnico, sin espacio para errores.

El segundo capítulo tuvo el dominio de la brasileña de Bahía. Jandiroba derribó, castigó desde la guardia y mostró su experiencia para anular el juego ofensivo de Dern. Aun así, la campeona futura nunca perdió la calma.

En el tercero, cambió la dinámica. Una rodilla precisa abrió una herida en el rostro de Jandiroba y devolvió el control a Dern, que volvió a imponer su boxeo. En el cuarto, con el combate igualado, la nueva campeona sacó su mejor versión. Sus combinaciones, la patada al cuerpo y la presión constante convencieron a los jueces.

El quinto fue una batalla de resistencia. Ambas intercambiaron golpes y derribos sin cesar. La igualdad se mantuvo hasta el final, y cuando sonó la campana, nadie sabía quién se llevaría el oro.

El veredicto, 48-47, 48-47 y 49-46, coronó a Mackenzie Dern. La luchadora se arrodilló, lloró y pidió que su hija Moa subiera al octágono. El público aplaudió de pie mientras madre e hija se fundían en un abrazo.

“Creo que solo Fabricio Werdum y yo hemos ganado en UFC, ADCC e IBJJF”, dijo entre lágrimas. “Necesitaba tener a mi hija conmigo. Este momento es para ella”.

La emoción, sincera, cerró el círculo de una carrera que empezó en los tatamis de jiu-jitsu. De niña prodigio del grappling a campeona mundial de MMA, Dern alcanza un hito que trasciende el deporte.

Su triunfo llega en un momento de transición para la división paja, huérfana tras la salida de Zhang Weili. Con Mackenzie Dern como campeona, la categoría gana visibilidad y un rostro que puede inspirar a una nueva generación de luchadoras.

En Abu Dabi, bajo la luz de los focos y con su hija en brazos, Mackenzie Dern no solo levantó un cinturón: levantó una historia que llevaba años esperando su desenlace.

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