Merab Dvalishvili ha dado un paso decisivo en su consolidación como una de las figuras más dominantes del presente de la UFC. Tras su victoria por sumisión ante Sean O’Malley en el evento UFC 316, celebrado el pasado fin de semana en Newark, el luchador georgiano ha sido situado en el número 2 del ranking libra por libra de la organización, superando a nombres de gran peso como Jon Jones e Ilia Topuria. El ascenso refleja no solo su momento de forma y su reciente desempeño dentro del octágono, sino también el reconocimiento a una trayectoria que combina constancia, evolución técnica y una racha de victorias que ya lo ubica entre los grandes de su división.
El combate frente a O’Malley, que suponía la segunda defensa del título mundial del peso gallo para Dvalishvili, se resolvió con una finalización en el tercer asalto. El campeón logró someter al estadounidense con una técnica north-south choke que dejó sin capacidad de respuesta al excampeón. El dominio de Dvalishvili fue absoluto desde el primer minuto, neutralizando la distancia de O’Malley con derribos precisos y un control en el suelo que se tradujo en un desgaste constante para su rival. Esta victoria no solo consolidó su reinado, sino que además sirvió para marcar una diferencia clara con respecto al primer enfrentamiento entre ambos, en el que Dvalishvili ya se había impuesto por decisión unánime.
Uno de los factores fundamentales en el ascenso del georgiano en el ranking libra por libra ha sido la solidez de su trayectoria reciente. Con esta victoria, Merab Dvalishvili acumula ya trece triunfos consecutivos dentro del octágono, una cifra que lo coloca como uno de los peleadores más consistentes de toda la plantilla de UFC. En esa racha destacan nombres de alto nivel como Petr Yan, José Aldo, Henry Cejudo y ahora Sean O’Malley por partida doble. Todos ellos fueron derrotados con un estilo que, si bien no siempre es el más vistoso, sí ha demostrado ser uno de los más eficaces: presión incesante, cardio inagotable, wrestling de élite y una capacidad sobresaliente para implementar su plan de pelea desde el inicio.
Merab Dvalishvili se benefició de la inactividad de Jones y Topuria
Además de los resultados deportivos, el ascenso de Dvalishvili en la clasificación se ha visto favorecido por la inactividad prolongada de otros contendientes. Jon Jones, quien ocupaba hasta ahora el segundo lugar en el ranking, lleva fuera de competencia desde noviembre de 2023 por lesión y todavía no tiene fecha confirmada para su regreso. Por su parte, Ilia Topuria, actual campeón del peso pluma, se encuentra en plena preparación para su defensa ante Charles Oliveira en UFC 303, pero su tiempo en la cima del ranking ha sido más breve. La consistencia de Dvalishvili, unida a su reciente exhibición en una cartelera numerada, ha sido determinante para que los analistas y el comité de UFC lo posicionen justo detrás del campeón del peso ligero, Islam Makhachev, quien se mantiene como número uno libra por libra.
La inclusión de Dvalishvili en el segundo lugar del ranking abre además nuevas perspectivas en cuanto a su legado dentro del peso gallo y su posible proyección a otras divisiones. Si bien no hay indicios inmediatos de un cambio de categoría, lo cierto es que su dominio en las 135 libras lo sitúa como uno de los campeones más sólidos de los últimos tiempos. A diferencia de otros monarcas recientes de la división, como Aljamain Sterling —con quien Dvalishvili mantiene una estrecha amistad y que fue su compañero de equipo—, Merab ha logrado transformar su estilo de lucha en una fórmula ganadora constante, sin depender de factores externos ni de decisiones ajustadas.
El presente de Dvalishvili es, sin duda, el mejor de su carrera. Con 33 años y un historial que combina disciplina, eficacia y una ética de trabajo reconocida por todos en el entorno de la UFC, el peleador nacido en Tiflis ha logrado convertir la categoría gallo en su territorio. Su ascenso al número 2 libra por libra no es un simple premio simbólico, sino el reflejo de una realidad competitiva: pocos peleadores en el mundo tienen hoy el nivel de consistencia, preparación física y determinación que él demuestra cada vez que entra al octágono.
El futuro inmediato abre varios interrogantes para Merab Dvalishvili. Por un lado, está por definirse quién será su próximo retador en el peso gallo, en un panorama que no ofrece contendientes claros tras la caída de O’Malley. Por otro, el propio interés del público por ver un enfrentamiento entre divisiones frente a figuras como Makhachev empieza a tomar fuerza, aunque se trata aún de una posibilidad lejana. Lo que sí parece claro es que el luchador georgiano ha llegado a la cúspide del deporte y que, por méritos propios, es ya uno de los referentes indiscutibles del momento dentro de la UFC.
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