El ambiente entre Canelo Álvarez y Terence Crawford ya está al rojo vivo. El segundo cara a cara entre ambos en Nueva York terminó con un tenso empujón del mexicano al estadounidense, marcando el tono de una rivalidad que promete encender el boxeo mundial el próximo 13 de septiembre en Las Vegas, en un evento exclusivo de Netflix.

Crawford, lejos de amedrentarse, respondió con una amenaza directa: “Canelo, vas a pagar por ese empujón. Te tengo. Acuérdate de que te lo dije”, publicó el campeón norteamericano en sus redes sociales poco después del incidente.

¿Provocación o estrategia de Terence Crawford?

El gesto de Álvarez no fue gratuito. Durante el careo, Terence Crawford se le acercó de forma desafiante, repitiendo una y otra vez que los cuatro títulos mundiales del supermedio se irían con él a casa. La falta de respeto evidente hacia el ídolo mexicano encendió una chispa que amenaza con convertirse en incendio el día del combate.

Pero más allá del cruce físico, lo que realmente se está jugando es un choque de estilos, de trayectorias y de orgullo nacional.

Canelo defiende su legado, Crawford busca su consagración definitiva

Con un récord de 63 victorias, 2 derrotas y 2 empates (39 KO), Saúl “Canelo” Álvarez llega a este combate como el gran referente del boxeo latinoamericano y uno de los nombres más importantes de la última década. No solo pelea por defender sus cinturones, sino también por proteger un legado construido a base de éxitos frente a los mejores del mundo.

En cambio, Crawford (40-0, 31 KO), a pesar de haber sido campeón indiscutido en dos divisiones y considerado uno de los mejores libra por libra de la actualidad, sigue buscando esa gran victoria que lo consagre ante los ojos del público masivo. Derrotar a Canelo en Las Vegas no solo le daría ese reconocimiento, sino también un posible contrato multimillonario para una futura revancha.

¿Cómo pretende Terence Crawford “hacer pagar” a Canelo?

A pesar de sus palabras, muchos analistas dudan de que Terence Crawford pueda imponerse por la vía del nocaut. Su plan, según apuntan varios expertos, parece inspirado en la estrategia que utilizó Floyd Mayweather Jr. en 2013: velocidad, desplazamiento constante y precisión quirúrgica en cada golpe. Ganar por puntos, aunque sea en un combate táctico y aburrido para algunos, sería suficiente para romper la hegemonía del mexicano.

Sin embargo, su última actuación dejó dudas. Ante Israil Madrimov, el año pasado en Los Ángeles, Crawford mostró grietas en su defensa y fue superado por momentos. Solo la intervención de los jueces evitó lo que para muchos debía haber sido su primera derrota profesional. Quizá por eso, la rabia y la tensión que mostró frente a Canelo tengan que ver también con cuentas pendientes consigo mismo.

La herida en el orgullo mexicano

Para Canelo, este combate tiene un componente personal. El mexicano no está dispuesto a que un forastero venga a faltarle al respeto en su territorio. La reacción en el cara a cara no fue simplemente un arrebato: fue una declaración de principios. “Aquí se respeta”, parecían decir sus manos al empujar a Crawford.

El 13 de septiembre no solo se jugará el cinturón, sino también el orgullo. Canelo defiende su trono. Crawford busca el asalto final a la cima del boxeo.

¿Quién impondrá su ley en Las Vegas?

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