En Newark, el rugido del público acompañó cada golpe. Mike Perry regresó a BKFC más de un año después y lo hizo fiel a su estilo: sin freno, sin defensa y con una ferocidad que pocos pueden igualar. Jeremy Stephens fue su víctima, y la noche acabó con el árbitro deteniendo la pelea en el quinto asalto, tras una sucesión de castigos que confirmaron a Perry como “The King of Violence”.

El combate comenzó con Stephens buscando la sorpresa. Un derechazo en los primeros segundos estremeció a Perry, pero el excéntrico estadounidense ni se inmutó. Avanzó sin miedo, con la mirada fija y los puños en alto. Enseguida cambió el tono de la pelea: golpes rectos, presión constante y la sensación de que solo un milagro evitaría la tormenta.

En el segundo asalto, Perry ya dictaba el ritmo. Stephens conectaba con su derecha, pero cada intercambio se traducía en más castigo. El rostro del rival empezó a marcarse y el público percibió que el desenlace era cuestión de tiempo. En el tercero, una ráfaga de uppercuts hundió a Stephens sobre una rodilla. El árbitro aplicó una cuenta protectora mientras un corte se abría sobre el ojo izquierdo del veterano.

El cuarto asalto fue una avalancha. Stephens trató de resistir, pero Perry avanzaba como un tanque, recibiendo golpes que no parecían afectarle. Dos nuevas caídas confirmaron lo inevitable. En el quinto, tras otra serie de ganchos de izquierda y derechas cruzadas, Stephens volvió a la lona. El árbitro detuvo el combate a los 1:35 minutos del último asalto, decretando el nocaut técnico.

“Soy el Rey de la Violencia, puedo soportar todo. No me duele nada”, gritó Perry ante una multitud entregada. Y, fiel a su personaje, remató: “No me disculpo con nadie. El Rey hace lo que quiere”.

El espectáculo no terminó con el combate. Perry tuvo un tenso cara a cara con Dave Mundell, campeón del peso medio de BKFC, a quien ya había derrotado en MMA. El cruce de miradas dejó claro que una revancha sin guantes está en el horizonte, y que Perry podría volver pronto al ring para otra guerra.

A sus 33 años, Perry ha encontrado en BKFC su hábitat natural. Donde otros dudan, él sonríe. Donde hay sangre, él avanza. Se ha transformado en el símbolo del bare-knuckle moderno, una mezcla de resistencia, locura y carisma que ha conectado con el público.

La velada dejó también actuaciones destacadas. Christine Ferea noqueó a Jessica Borga en 26 segundos del cuarto asalto, conquistando el título de “Queen of Violence”, mientras Jimmie Rivera se impuso a Timmy Mason por TKO a los 29 segundos del tercer asalto.

BKFC 82 no solo coronó una vez más a Mike Perry. Fue una noche que recordó por qué el boxeo sin guantes se ha convertido en un fenómeno global: brutal, impredecible y, sobre todo, humano. Perry es su emblema. Su violencia tiene método, su caos tiene público y su corona, al menos por ahora, no tiene rival.

Resultados BKFC 82

  • Mike Perry derrotó a Jeremy Stephens por TKO a los 1:35 del quinto asalto.
  • Christine Ferea derrotó a Jessica Borga por nocaut a los 26 segundos del cuarto asalto.
  • Jimmie Rivera derrotó a Timmy Mason por TKO a los 29 segundos del tercer asalto.
  • Oluwale Bamgbose derrotó a Karl Roberson por TKO a los 58 segundos del segundo asalto.
  • Quentin Gaskins derrotó a Phil Caracrappa por nocaut a los 1:53 del primer asalto.
  • Jeff Lentz derrotó a Elijah Harris por TKO (intervención médica) a los 2:00 del primer asalto.
  • Mike Trizano derrotó a JC Deleon por nocaut a los 20 segundos del primer asalto.
  • Pat Carroll derrotó a Aleem Whitfield por TKO a los 25 segundos del segundo asalto.
  • Jmani Oliver derrotó a Irakli Ghvinjilia por decisión unánime (48-45, 48-44, 47-45).
  • Justin Clarke derrotó a Ishiah Carson por decisión unánime (50-43, 50-43, 50-43).

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