Solo hicieron falta cuatro asaltos para dejar claro que la revancha entre Artur Beterbiev y Dmitry Bivol superaría con creces su primer enfrentamiento. Tuvieron que pasar cinco años para que se viesen las caras por primera vez, pero apenas cuatro meses después ya estaban de nuevo en el ring. Se esperaba otra partida de ajedrez, y así fue, aunque esta vez el enfoque de ambos hizo que el espectáculo fuese aún mejor… menos para Beterbiev. Bivol, que había caído en octubre, necesitaba ser más ofensivo, y eso elevó la intensidad del combate. Sufrió en los primeros asaltos, pero cerró fuerte y logró imponerse por decisión mayoritaria (114-114, 116-112 y 115-113). Ahora es el campeón indiscutido del peso semipesado, dueño de los cinturones WBC, WBA, IBF y WBO. Y el desenlace deja claro algo: una trilogía es inevitable.
El campeón llegaba con la confianza de haber ganado en el primer duelo, pero no se conformó. Salió con intensidad. Así, Beterbiev obligó a Bivol a entrar en el intercambio desde el primer instante. El round inicial fue parejo. Aunque no habían peleado hasta el año pasado, ambos se conocían bien, formados bajo la misma escuela de boxeo. Bivol corrigió pronto el empuje de su rival, impuso su jab y trabajó la distancia, moviéndose con rapidez. Sin embargo, en el cuarto asalto Beterbiev logró cerrarle los espacios y volvió a tomar la iniciativa. Con su ritmo característico, empezó a marcar el paso de la pelea. Bivol contragolpeaba con inteligencia, pero era menos activo.
Si la pelea estaba equilibrada, el cuarto y quinto asalto inclinaron la balanza a favor de Beterbiev. Con presión constante, trabajó al cuerpo y desgastó a su oponente. Esa fue la clave. Mientras él absorbía los golpes sin retroceder, Bivol sí sintió la pegada de su compatriota y perdió el ritmo de combate. Solo en el octavo asalto logró recuperar el control con su boxeo a la distancia. El séptimo episodio quedó en el aire, dependía de la interpretación de los jueces. La pelea parecía irse a los puntos con una ventaja mínima para cualquiera de los dos. En algún momento, Beterbiev pareció estar cerca de definir antes del límite, pero la oportunidad se escapó y volvieron a una batalla táctica.
Con el panorama cada vez mas incierto, el noveno round mostró la mejor versión de Bivol. Se movió con fluidez, utilizó todo el ring y golpeó con precisión. Beterbiev había dejado de atacar al cuerpo, y eso le dio aire a su rival. Cada vez que descansaba en su esquina, el campeón parecía agotado, pero en cuanto sonaba la campana mantenía el ritmo. Necesitaba recuperar la iniciativa, y por momentos lo logró en el décimo asalto. Mientras Bivol se desplazaba sin cesar, el combate recordaba más a una esgrima sin espadas que a una pelea de poder. Con los rostros magullados y el cansancio acumulado, ambos llegaban a los dos últimos asaltos con el resultado en el aire. Un empate era posible, pero también cualquier decisión cerrada en favor de uno de ellos.
Los últimos seis minutos eran decisivos, y ninguno podía reservarse nada. Esto favoreció a Bivol, que aprovechó su movilidad y precisión para sumar puntos clave. Beterbiev, sin margen para la duda, conectó con potencia cada vez que lo tuvo al alcance. La recta final del undécimo asalto fue un monólogo del retador. La emoción que pudo faltar en octubre explotaba en febrero. Desde el ringside, Eddie Hearn no podía quedarse quieto, gritando instrucciones a su peleador. Con la victoria al alcance de la mano, Bivol incluso recurrió a trabar el combate. Beterbiev no dejó de intentarlo y volvió a atacar al cuerpo con la esperanza de encontrar esa mano que cambiara la historia. No llegó, pero su desesperado intento de remontada regaló unos últimos segundos electrizantes. Turki Al-Sheikh aplaudía sin parar mientras ambos regresaban a sus esquinas.
Una vez más, el destino de la pelea quedaba en manos de los jueces. Beterbiev se mostró incrédulo al escuchar las puntuaciones. Un empate habría sido una opción justa, pero Bivol pareció hacer lo suficiente para merecer el triunfo. Arabia Saudí quería una trilogía, y la tendrá. Después de 24 asaltos de máxima tensión, aún no hay un claro dominador en esta rivalidad. El Bivol vs Beterbiev podría dirigirse hacia una trilogía directa.
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