En el boxeo, todo puede cambiar en cuestión de meses, y Canelo Álvarez (62-2-2, 39 KO) es el mejor ejemplo de ello. A sus 34 años, el mexicano ha vuelto a ser el centro de atención, no solo por su legado en el ring, sino por los giros inesperados en su carrera. Hace un tiempo, criticaba abiertamente a Turki Al-Sheikh y a la creciente influencia de Arabia Saudí en el deporte. Sin embargo, lo que parecía un conflicto irreconciliable se resolvió en enero, cuando ambas partes decidieron enterrar el hacha de guerra. El entendimiento no fue sencillo, pero el negocio terminó imponiéndose.

Álvarez exploró varias opciones antes de cerrar su destino. Mientras negociaba una megapelea en Arabia, también tanteó un combate contra Jake Paul, con la intención de asegurar las millonarias bolsas que genera en Estados Unidos (alrededor de 40 millones de dólares por pelea). Un enfrentamiento así habría sido criticado por los sectores más puristas, pero desde el punto de vista financiero, era una apuesta segura. Aun así, Turki Al-Sheikh volvió a demostrar su influencia en el boxeo. Según el propio Paul, Canelo ya había firmado con él, pero en el último momento cambió de opinión y selló un acuerdo aún más lucrativo con Arabia Saudí.

El pacto garantiza cuatro combates y podría marcar la recta final de su carrera. Su primer duelo será en mayo, en Arabia, y en septiembre enfrentará a Terence Crawford, coincidiendo con la fiesta nacional de México. En 2026, volverá al ring en febrero y octubre, nuevamente bajo el manto saudí. La pelea contra Crawford fue un punto de discordia en las negociaciones: los saudíes la querían en su territorio, pero Canelo insistió en llevarla a Las Vegas, y terminó imponiendo su voluntad. Finalmente, el combate se disputará en la Ciudad del Pecado, dentro del marco de eventos de Riyadh Season en colaboración con la revista The Ring.

Con su futuro definido, solo quedaba por conocerse su primer rival y la fecha exacta del debut en Arabia. El 3 de mayo, en Riad, Álvarez se medirá ante William Scull (23-0, 9 KO), un oponente que en el pasado descartó por su bajo perfil mediático. Sin embargo, la IBF, conocida por su rigidez con las peleas obligatorias, priorizó sus propias reglas sobre los nombres más atractivos. Esto llevó a Canelo a perder su cinturón IBF del supermedio, ya que su socio de transmisión en Estados Unidos, Amazon Prime, no consideraba a Scull un rival adecuado.

A pesar de la pérdida del título, Álvarez sigue siendo campeón WBC, WBA y WBO del supermedio, y su objetivo es volver a reunificar los cinturones antes de enfrentar a Crawford. Para ello, el combate contra Scull es un trámite necesario. La negociación fue rápida, pues todos los involucrados tenían interés en que se realizara. En el caso de Crawford, su motivación es clara: tras haber sido campeón indiscutido en superligero y wélter, busca hacer historia logrando el mismo hito en una tercera categoría. Sin embargo, tendrá que subir dos divisiones para enfrentarse a Canelo, lo que supone un desafío enorme.

El 2025 girará en torno al esperado Canelo vs Crawford, pero antes, el mexicano debe superar su primer compromiso en mayo. Si lo consigue, Turki Al-Sheikh sumará otro triunfo en su misión de convertir a Arabia Saudí en el epicentro del boxeo mundial.