Oleksandr Usyk lo ha vuelto a hacer. El pasado sábado, en un abarrotado Wembley Stadium, noqueó a Daniel Dubois y retuvo su corona como campeón indiscutido del peso pesado. Fue su triunfo número 24 como profesional. Otra exhibición de inteligencia, precisión y clase. Pero tras la gloria, llega la gran pregunta: ¿quién será el próximo rival del rey?

Al acabar el combate, Usyk fue claro. “Quiero descansar. Estar con mi esposa y mis hijos. Dos o tres meses. Solo descansar”, dijo. Pero también deslizó algunos nombres. Mencionó a Tyson Fury, Anthony Joshua y Joseph Parker.

Las dos primeras opciones parecen descartadas. Ya venció a Fury y Joshua en dos ocasiones. Repetir combates que ya resolvió con claridad no tiene demasiado sentido deportivo.

El caso de Joseph Parker es distinto. El neozelandés es el actual campeón interino de la WBO. Y ha firmado un 2024 espectacular: victorias sobre Deontay Wilder, Zhilei Zhang y Martin Bakole. Es, por méritos, el contendiente natural. Aunque en los pronósticos, Usyk volvería a partir como favorito, sería un duelo legítimo y con valor deportivo real.

Pero el camino no siempre lo marca la lógica. A veces, lo dicta el espectáculo.

Al bajar del ring, Usyk tuvo un inesperado careo con Jake Paul. Sí, el youtuber convertido en boxeador. La escena se viralizó al instante. ¿Un combate real? Deportivamente, no tendría sentido. Jake Paul nunca ha peleado con un peso pesado de élite. Pero en términos de negocio, audiencia y clicks… todo es posible. Aunque cueste aceptarlo, el boxeo moderno también vive de eso.

Y en ese tablero, quien mueve las piezas más importantes es Turki Alalshikh, el hombre fuerte del boxeo saudí. Y cuando él habla, la industria escucha.

A través de su cuenta de X (antes Twitter), Turki sorprendió al señalar un nombre inesperado: Moses Itauma. Un británico de solo 20 años. Invicto. Talento puro. Considerado la gran joya de la nueva generación.

El mensaje fue claro: “El siguiente es Moses.” Y si el jefe lo dice…

La elección es arriesgada. Itauma es joven, rápido, fuerte, pero aún no ha sido probado al más alto nivel. Aunque todo podría cambiar pronto. El 16 de agosto se enfrenta a Dillian Whyte, su rival más exigente hasta la fecha. Si gana, el camino hacia Usyk quedaría abierto. Si pierde, todo se vendría abajo.

Así que el escenario tiene varios nombres, varias rutas posibles, pero una sola certeza: Usyk está en la cima. Y todos quieren un trozo del trono.

Sea Parker, Itauma, un show con Jake Paul o el descanso que tanto desea, el futuro del peso pesado gira alrededor de Oleksandr Usyk. Y nadie puede negar que lo tiene bien merecido.

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