En Múnich, bajo los focos de una gala que la consagró como Boxeadora del Año, Tina Rupprecht decidió cerrar el círculo. Con voz serena y emoción contenida, anunció que su carrera había terminado. No por cansancio ni por derrota, sino por decisión propia. La campeona indiscutida del peso átomo cuelga los guantes para comenzar una nueva vida.

A los 33 años, Rupprecht abandona el ring después de 12 temporadas como profesional y con un palmarés brillante: 15 victorias, 1 derrota y 1 empate. Pero más allá de las cifras, deja un legado inédito: es la única boxeadora alemana que ha unificado los cuatro títulos mundiales de una división en la era moderna.

“Mi carrera está oficialmente terminada”, dijo durante los Premios del Deporte Bávaro, mientras el público la aplaudía de pie. “Siento que es el momento perfecto. He alcanzado todo lo que soñé y un poco más”. En marzo, junto a su esposo Markus Fritschi, dará la bienvenida a su primer hijo.

Su última pelea fue el pasado 5 de abril en Potsdam, cuando venció a la japonesa Sumire Yamanaka y completó la unificación con los cinturones WBC, WBA, IBF y WBO. Antes había derrotado a Eri Matsuda y Fabiana Bytyqi, en una racha de victorias que la colocó entre las mejores libra por libra del planeta.

El camino no siempre fue fácil. En marzo de 2025 sufrió su única derrota ante Seniesa Estrada en California, en su única aparición en Estados Unidos. Perdió todos los asaltos, pero ganó algo más valioso: la convicción de reinventarse. Meses después bajó al peso átomo, donde logró lo que nadie había conseguido en Alemania.

Con apenas 1,52 metros de altura, “Tiny Tina” demostró que el tamaño nunca define la grandeza. Su estilo técnico, disciplinado y valiente la llevó a ser un ejemplo para una nueva generación de boxeadoras europeas.

Ahora deja los cuadriláteros, pero no el boxeo. En su despedida, prometió seguir vinculada al deporte con conferencias, talleres y proyectos formativos. “Cierro este capítulo con gratitud y una sonrisa”, dijo. “El boxeo me lo dio todo, y aunque ya no pelee, mi amor por este deporte seguirá vivo”.

Mientras la WBC ya ha coronado a la joven argentina Camila Zamorano como nueva campeona, Rupprecht se prepara para su mayor reto: la maternidad. “En marzo nacerá nuestro pequeño milagro”, expresó emocionada.

Así se despide la campeona más pequeña de Alemania, que se elevó más alto que ninguna. No habrá más campanas ni asaltos, pero la historia ya está escrita: Tina Rupprecht se va invicta en dignidad, con el corazón lleno y el legado intacto.

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