Vasyl Lomachenko ha dicho adiós. Sin artificios ni grandes escenografías. El púgil ucraniano ha anunciado oficialmente su retirada del boxeo profesional. Cierra así una de las trayectorias más impactantes y admiradas de las últimas décadas. A los 36 años, y tras reconquistar en mayo de 2024 el título mundial ligero IBF frente al australiano George Kambosos Jr., el prodigio de Bilhorod-Dnistrovskyi ha decidido bajarse del ring para siempre.

Con este anuncio, se despide un nombre que marcó un antes y un después tanto en el boxeo olímpico como en el profesionalismo. Lomachenko, conocido por su asombroso dominio técnico, su movimiento de pies casi coreográfico y su capacidad para anular rivales con inteligencia más que con potencia, deja un legado que trasciende los cinturones.

Es el momento. He dado todo lo que tenía al boxeo, y el boxeo me lo ha devuelto con creces. Ahora quiero estar con mi familia, servir a mi país de otra manera y agradecer todo lo vivido”, ha declarado Lomachenko en un comunicado publicado por su equipo, sin rueda de prensa ni declaraciones en vivo. Fiel a su estilo, se marcha con la misma sobriedad con la que construyó su grandeza.

Una carrera irrepetible

La historia de Lomachenko es la de un elegido. Hijo del entrenador Anatoly Lomachenko, su formación desde niño fue casi científica: ballet, estudio obsesivo del movimiento corporal, repeticiones meticulosas de cada gesto técnico. Esa base le permitió conquistar dos medallas de oro olímpicas (Pekín 2008 en peso pluma y Londres 2012 en ligero) y un récord amateur estratosférico de 396 victorias y solo una derrota, que vengó al poco tiempo.

Debutó como profesional en 2013, peleando directamente por un título mundial en su segunda pelea (récord histórico) y convirtiéndose en campeón del mundo en solo su tercera aparición sobre el ring. Desde entonces, ha reinado en tres categorías de peso distintas (pluma, superpluma y ligero) y ha protagonizado noches memorables frente a nombres como Guillermo Rigondeaux, Jorge Linares, Luke Campbell, Teófimo López o el mencionado Kambosos.

Más que un boxeador

La retirada de Lomachenko no es solo la salida de un campeón; es la marcha de un símbolo. Durante la guerra de Ucrania, regresó a su país para servir en la defensa territorial, rechazando combates millonarios por principios. Esa decisión, lejos de ser una pausa en su carrera, reforzó su figura pública. El boxeador se convirtió en héroe civil.

Su estilo —imposible de encasillar, a medio camino entre la danza y la demolición quirúrgica— inspiró a toda una generación de púgiles y analistas. Su apodo, Hi-Tech, resume la revolución técnica que trajo al boxeo moderno: ángulos imposibles, desplazamientos cortos, golpes precisos, cambios de ritmo y una lectura del combate pocas veces vista en un cuadrilátero.

No te pierdas ninguna de las Noticias de Boxeo en KO a la Carrera, la web de boxeo y MMA. Cada día toda la información de UFC en español y de las artes marciales mixtas en nuestra web. ¡Deja tus comentarios!