Manny Pacquiao volvió a subirse a un ring con 46 años y lo hizo con la ambición de siempre. Aunque no logró su objetivo de convertirse en el campeón mundial de peso wélter más veterano de la historia, el empate ante Mario Barrios dejó claro que el filipino aún tiene gasolina en el tanque. Después del combate, Pacquiao aseguró: “No se preocupen, el PacMan está de vuelta y el camino continúa”, según declaraciones recogidas por ESPN.

Fue una noche de emociones encontradas en Las Vegas. Pacquiao mostró destellos del boxeador explosivo que fue, pero no pudo imponerse con claridad ante un rival 16 años más joven. El duelo acabó en empate mayoritario y los jueces no se pusieron de acuerdo: dos dieron tablas y uno vio ganar al filipino. De hecho, ESPN puntuó el combate 115-113 a favor de Pacquiao.

En lo deportivo, fue una pelea táctica y con poca contundencia. Pacquiao conectó 101 de 577 golpes (17,5%), mientras que Barrios acertó 120 de 658 (18,2%). Fue un combate parejo y sin grandes momentos de drama. Pero lo relevante no fue el resultado, sino la declaración de intenciones del filipino: no quiere retirarse aún.

Aunque ambos peleadores coincidieron en que una revancha podría estar sobre la mesa, el entorno de Pacquiao no lo ve necesario. Su representante, Sean Gibbons, fue tajante tras la pelea:

“Sin ánimo de ofender, que se joda Mario Barrios. Manny merece un nombre más grande”, dijo, en declaraciones también recogidas por ESPN. “Me cae bien, es un buen chico, pero hay otros como Gervonta ‘Tank’ Davis o Rolly Romero por ahí”.

La opción Davis parece difícil. El campeón estadounidense pelea en un peso inferior (135 libras) y su agenda mediática es exigente. En cambio, el nombre de Rolando “Rolly” Romero gana fuerza. Romero es el campeón mundial “regular” de la WBA y viene de vencer de forma sorpresiva a Ryan Garcia. Además, se espera que sea ascendido a campeón absoluto en cuanto Jaron Ennis deje vacante el título para subir de categoría.

Romero es joven, potente, pero vulnerable en defensa. Y sobre todo, vende. Tiene visibilidad, carisma y un estilo frontal que haría del duelo con Pacquiao un combate atractivo. A nivel de riesgo, también sería una opción más asumible para el filipino que medirse con Devin Haney o Brian Norman Jr., ambos mucho más peligrosos.

Pacquiao quiere volver a pelear a finales de este año. Romero no tiene cita en su calendario y el cruce se alinea de forma natural. La pregunta es si el equipo del filipino apostará por ese camino o si, como dejó caer el propio Manny, aún hay espacio para otra idea mucho más mediática.

“Si Mayweather sale del retiro y firma el contrato, peleamos”, aseguró. “Luchemos otra vez si él quiere. Estoy activo ahora”. La opción suena a locura, pero en tiempos donde Jake Paul y Mike Tyson generan millones de espectadores, no puede descartarse del todo.

Mientras tanto, lo más lógico parece un Pacquiao vs Romero. Un combate con historia, con peligro y con potencial económico. A sus 46 años, Pacquiao no está listo para el adiós.

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