Treinta y seis años después, el boxeo volvió a la Plaza de Toros de La Malagueta. La espera terminó con una velada de altos vuelos y un combate estelar que dejó a los asistentes con el corazón en un puño. Samuel Molina, ídolo local, retuvo su cinturón europeo del peso wélter con un empate mayoritario ante el belga Anass Messaoudi, en un duelo cargado de táctica, ritmo cambiante y emoción hasta el último segundo.
Desde el inicio, el respeto fue la nota dominante. Los tres primeros asaltos se desarrollaron sin grandes riesgos. Messaoudi, zurdo imprevisible y veloz, optó por medir y sorprender con manos sueltas. Molina, más contenido, buscaba cerrar distancias, pero no lograba conectar con claridad.
La esquina española protestó al árbitro, temiendo que un posible choque de cabezas llevara el combate a las tarjetas. Molina trató de aumentar el ritmo, pero el belga seguía encontrando huecos y contragolpeaba con inteligencia.
A medida que pasaban los asaltos, Molina fue creciendo. Cambió de guardia, trabajó mejor las combinaciones y empezó a castigar al cuerpo, especialmente en los rounds finales. El combate, sin grandes intercambios prolongados, se convirtió en un duelo de estrategia, donde cada error podía costar caro.
En el duodécimo asalto, ambos sabían lo que había en juego. Molina dio un paso adelante, presionó, lanzó más y cerró mejor. Messaoudi, algo más conservador, pareció guardar energía sin llegar a liberarla del todo.
El suspense se apoderó del recinto durante la lectura de las tarjetas. La primera puntuación (114-115) hizo creer al equipo belga que habían logrado el triunfo. Pero dos empates consecutivos (114-114) sellaron un resultado nulo mayoritario. El cinturón, por tanto, sigue en manos de Samuel Molina.
Ambos púgiles quedaron con sensaciones encontradas. Los dos se vieron ganadores. Pero las puntuaciones oficiales hablaron claro: igualdad máxima. Un combate que dejó abierta la puerta a una posible revancha y que devolvió el boxeo grande a una ciudad que lo echaba de menos.
Por su parte, en el combate costear de la noche la victoria se quedó en casa. Rafael ‘Falito’ Acosta noqueó en tres asaltos al italiano Giuseppe Carafa para retener el EBU Silver del peso ligero. Esta imponente triunfo le acerca al Europeo absoluto.
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