El boxeo y las MMA viven un inesperado capítulo de rivalidad entre dos campeones que no temen a los grandes retos. Terence “Bud” Crawford, recién coronado como indiscutido del peso supermedio, e Ilia Topuria, monarca pluma de la UFC, protagonizan desde hace días un intercambio que ha atrapado a los aficionados.

Todo comenzó en Las Vegas, cuando Topuria publicó una foto saludando a Crawford tras su triunfo frente a Canelo Álvarez, acompañada de una pregunta directa: “¿Quién ganaría?”. La publicación no pasó inadvertida y el campeón de UFC fue más allá en X: “No hablaré de lo que pasaría entre Crawford y yo en un octágono, hablaré de lo que pasaría en un ring. ¡¡Lo pondría a dormir en el primer contacto!!”. Su entrenador de boxeo apoyó las palabras y afirmó que Topuria tiene nivel para vencer al estadounidense bajo las reglas del cuadrilátero.

El ambiente se encendió aún más durante la velada de Las Vegas. Crawford sorprendió a los 65.000 espectadores del Allegiant Stadium entrando con “La Canción del Mariachi”, el mismo tema que acompaña las caminatas de Topuria en UFC. Tras su victoria, el estadounidense explicó que su atuendo y la música eran un homenaje a la película Desperado, con interpretación en directo de un amigo de la infancia, y se mostró sorprendido al saber que Topuria utiliza ese mismo tema: “Bien por él”.

La respuesta del español-georgiano llegó horas después y no dejó indiferente a nadie: “Primero me llama borracho… luego sale con mi canción. Crawford, cuando quieras, te enseñaré a bailar ese mariachi en el ring. Y Canelo, te guardo una ronda después de él”. La frase, que mezcla desafío y humor, se volvió viral y encendió las especulaciones sobre un posible duelo.

Aunque un combate real es hoy una incógnita, el atractivo es evidente. Crawford, 36 años, es uno de los mejores libra por libra de la historia, con títulos en cinco divisiones y tres reinados indiscutidos. Topuria, 28, domina en la UFC con un estilo explosivo y un boxeo pulido, pero nunca ha peleado como profesional en un ring. La comparación inevitable es el choque de 2017 entre Floyd Mayweather y Conor McGregor, que demostró que las barreras entre disciplinas pueden romperse si el interés del público es suficiente.

Por ahora, la rivalidad vive en las redes, donde los seguidores de ambos debaten quién se impondría en un hipotético duelo. Lo que está claro es que este cruce ha unido a los fanáticos del boxeo y las MMA en una misma conversación y ha demostrado, una vez más, el magnetismo de dos campeones que no conocen el miedo a los grandes escenarios.

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