La arena de Dubái fue testigo de otro capítulo en la dinastía Nurmagomedov. Usman, primo de Khabib, se convirtió en campeón indiscutido del peso ligero de PFL tras derrotar a Paul Hughes por decisión unánime. Fue una pelea tensa, con polémica, con momentos de intercambio feroz, pero con un cierre claro: la superioridad técnica del ruso.

El inicio dejó claro que Nurmagomedov quería marcar territorio. El jab y las patadas bajas comenzaron a sonar, pero dos golpes bajos frenaron la acción. Hughes, con rabia contenida, respondió en los intercambios y hasta cerró el asalto con una buena combinación tras zafarse de un control a la espalda. El público comenzó a sentir que habría pelea.

En el segundo asalto, el irlandés se soltó. Presionó, conectó al cuerpo y mostró que no se dejaba intimidar. Nurmagomedov, siempre frío, respondió con precisión, pero Hughes logró llevarse varios momentos. La igualdad estaba sobre la mesa.

El duelo se conviertió en guerra

El tercer asalto fue una postal del contraste entre ambos estilos: técnica contra coraje. Usman dominaba con el jab, Hughes respondía con manos duras al cuerpo y a la cabeza. El público vibraba con cada intercambio. Era el tipo de pelea que eleva la reputación de un retador aunque no se lleve el oro.

En el cuarto asalto, el desgaste comenzó a mostrar su cara. Nurmagomedov castigó con dureza al cuerpo, cerró espacios y llevó la pelea al suelo. Hughes, sangrando y con el ojo izquierdo inflamado, se mantenía de pie, pero la balanza ya estaba del lado ruso. El dominio técnico era evidente.

El último round tuvo emoción y dramatismo. Hughes derribó fugazmente y buscó la remontada. Un choque de cabezas abrió una herida sobre Usman, pero no cambió nada. El ruso respondió con un rodillazo volador, un derribo y control en el suelo hasta el sonido de la campana. Era el cierre perfecto para confirmar su reinado.

Las cartulinas marcaron 50-45, 49-46 y 48-47. Nurmagomedov mantiene su récord invicto en 20-0-1 y levanta el cinturón indiscutido. Hughes, pese a la derrota, sale con el reconocimiento de haber puesto en aprietos al hombre más temido de la división.

Anderson completa la noche

La velada en Dubái también tuvo otro campeón coronado. Corey Anderson se quedó con el cinturón semipesado de PFL tras derrotar a Dovlet Yagshimuradov en un combate dominado desde el segundo asalto. La lucha y el ritmo de Anderson fueron demasiado. Con cartulinas de 49-45, 48-47 y 49-45, el ex UFC y ex Bellator añadió un nuevo título a su trayectoria.

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