Ilia Topuria ya está en la cuenta atrás para su próxima pelea en UFC, y los días previos al evento son clave en su planificación. El hispanogeorgiano partió para Las Vegas el martes 10 de junio. De esta manera ha podido ajustar su cuerpo al cambio horario (se recomienda, al menos, un día por cada hora de viaje). Ha estado en una casa junto con el resto del equipo hasta que llegue la semana de pelea.
Lunes y martes se cuentan como días de llegada y aclimatación. El miércoles comienzan los compromisos. Por la mañana tienen conferencia de prensa con los diferentes medios acreditados y también entrevistas personales con las televisiones que tienen derechos de UFC. El jueves será la primera vez que Topuria se vea las caras con Oliveira en la rueda de prensa pública. Ese día, salvo ese rato, está reservado para el corte de peso.
El viernes es el día destinado al corte de peso y a la rehidratación. A primera hora de la mañana los luchadores tienen dos horas para pasar por la báscula, situada en el hotel oficial del evento, y cumplir con el peso. Desde ahí pueden comenzar la rehidratación. No tienen más compromisos hasta la tarde del viernes, cuando se hace el pesaje público en el que, básicamente, se da el último careo entre contendientes.
El sábado, el día del combate, El Matador sigue una rutina marcada: descanso matinal, revisión médica, activación física y, ya por la tarde/noche, desplazamiento al recinto. “Es cuando todo encaja. Has trabajado meses para estar listo ese día. No hay nervios, hay determinación”, suele decir.
Esta semana es distinta para muchos peleadores, pero no para Ilia Topuria. El invicto no improvisa nada. Cada paso ha sido diseñado con antelación. Y cada gesto apunta a lo mismo: llegar al octágono en las mejores condiciones posibles y salir de él con una nueva victoria.
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