Cinco años después de su primer encuentro, Virna Jandiroba y Mackenzie Dern vuelven a verse las caras. Esta vez, con algo más que el orgullo en juego. En UFC 321, el título del peso paja estará sobre la mesa y ambas llegan con caminos muy distintos.

Virna “Carcará” Jandiroba debutó tarde en la UFC, pero nunca dejó de avanzar. Hoy, a los 37 años, llega como una de las peleadoras más sólidas del circuito. Su racha de cinco victorias consecutivas incluye nombres destacados como Yan Xiaonan o Marina Rodríguez, y la ha llevado al punto más alto de su carrera.

“Esa derrota contra Dern cambió mi manera de ver las cosas”, confesó en Abu Dabi. “He crecido mucho desde entonces. Soy otra luchadora, más completa, más paciente”.

Campeona interina de Invicta antes de firmar con UFC, Jandiroba es una especialista de jiu-jitsu con más de veinte victorias profesionales y ninguna derrota por finalización. Su evolución física y estratégica la ha convertido en una rival temible tanto en el suelo como en los intercambios de pie.

Dern, el regreso a la cima

Para Mackenzie Dern, el cinturón llega en su primera oportunidad real. Siete años después de su debut en UFC, la californiana con raíces brasileñas llega tras vencer a Amanda Ribas y Loopy Godinez. Su objetivo es claro: demostrar que ha aprendido de los tropiezos y consolidar su madurez competitiva.

“Me veo como Charles Oliveira”, dijo esta semana. “Tuve altibajos, pero todo eso me preparó para lo que viene. Quiero ser una campeona completa, lista para cualquier desafío”.

Dern, campeona mundial de BJJ, fue una de las figuras más prometedoras de su generación. En 2020 derrotó a Jandiroba por decisión, pero desde entonces su carrera ha transitado por fases de aprendizaje. Con un récord de 15-4, llega como una versión más equilibrada, consciente del reto y del contexto.

Ambas se conocen bien. En aquel primer duelo, sus estilos se neutralizaron en el suelo y la pelea se resolvió en los pies. Ahora, el panorama es distinto. Jandiroba ha mejorado su striking y Dern su defensa. Dos caminos paralelos que vuelven a cruzarse por el cinturón vacante.

La división del peso paja vive un momento de transición tras la salida de Zhang Weili. El título vacante simboliza el reinicio de una categoría que durante años fue dominada por nombres históricos.

Jandiroba representa la paciencia, la madurez y el mérito acumulado. Dern, la evolución de una generación de grapplers que aprendió a ser peleadora completa.

El sábado, en Abu Dabi, el octágono volverá a reunirlas. No será solo una revancha. Será la síntesis de dos trayectorias opuestas que convergen en un mismo destino: el cinturón del peso paja de la UFC.

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