Kamaru Usman volvió a saborear la victoria tras casi cuatro años sin lograr un triunfo en el octágono. El excampeón del peso wélter se impuso por decisión unánime a Joaquin Buckley en el combate estelar de UFC Atlanta, celebrado la noche del 15 de junio. Con tarjetas de 49-46, 49-46 y 48-47, Usman demostró que aún tiene herramientas para competir al más alto nivel, incluso después de tres derrotas consecutivas que habían sembrado dudas sobre su futuro deportivo.
Desde el inicio del combate, Usman apostó por lo que mejor sabe hacer: llevar la pelea al terreno del grappling. Aunque Buckley había generado una gran expectativa por sus últimas actuaciones y su estilo explosivo, se encontró con un rival mucho más experimentado y estratégico. Usman ejecutó varios derribos, controló el ritmo de la pelea en el suelo y limitó las opciones ofensivas de su oponente a momentos puntuales que no resultaron determinantes en las tarjetas de los jueces.
La victoria supuso un alivio visible para Usman, quien al término del combate se mostró visiblemente emocionado. Después de enfrentarse a los mejores de la división en los últimos años —incluyendo dos derrotas ante Leon Edwards y una más reciente contra Khamzat Chimaev—, el nigeriano necesitaba una actuación convincente para recuperar su lugar en la conversación por el título. Y lo logró. En sus propias palabras, pronunciadas ante las cámaras tras el fallo oficial: “el hombre del saco ha vuelto”.
La frase no fue una simple declaración de orgullo. Fue un mensaje dirigido a toda la división, recordando que su presencia sigue siendo una amenaza real. A sus 37 años, Usman demostró que aún puede competir con solvencia en combates a cinco asaltos y que no ha perdido la capacidad de dominar con su lucha, una de las más efectivas de toda la historia de la categoría.
Buckley vio frenada su progresión en el UFC Atlanta
Joaquin Buckley, por su parte, sufrió un frenazo en seco tras una racha positiva que le había convertido en una figura emergente del peso wélter. Pese a intentarlo en los intercambios de pie, se vio superado durante buena parte de la pelea por la presión, el control posicional y la eficacia de Usman en los momentos clave. Su actitud combativa hasta el final fue reconocida por el público, pero quedó claro que aún tiene aspectos que pulir si quiere competir en la élite de la categoría.
Con esta victoria, Usman no solo rompe su mala racha, sino que también reabre la puerta a futuros combates de alto perfil. Ya se habla de una posible pelea contra Belal Muhammad o incluso de una trilogía frente a Leon Edwards, dependiendo de cómo se mueva el panorama por el título. Lo que sí queda claro es que Kamaru Usman ha vuelto a escena con una mentalidad renovada, convencido de que todavía puede ser campeón.
Su actuación en Atlanta no fue simplemente una victoria más en su carrera. Fue una reivindicación personal. Un mensaje a sus detractores. Y, sobre todo, una señal inequívoca de que en el peso wélter de UFC todavía hay que contar con él. Porque como él mismo dijo ante millones de espectadores, con una mezcla de alivio y desafío: “el hombre del saco ha vuelto”.
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