En Filadelfia no hay secretos para Jaron “Boots” Ennis. Allí creció, allí aprendió a pelear, y allí vuelve este sábado 11 de octubre para probar que puede reinventarse. En el Xfinity Mobile Arena, el excampeón unificado del peso wélter se mide al brasileño Uisma Lima, un rival peligroso que servirá como termómetro en su salto al peso superwélter (154 libras).

El combate será el primero de Ennis bajo la promoción de Eddie Hearn, y el británico ha querido dejar claro que no se trata de una simple exhibición. “Lima es un buen boxeador. Esto no será fácil. Pero después de este combate, queremos a Vergil Ortiz”, advirtió el promotor.

Ennis (34-0, 30 KOs) tiene la etiqueta de futura estrella, pero también una sombra que le acompaña: la de no haber enfrentado aún a los grandes nombres. Su récord impecable no ha convencido a todos. Muchos observadores señalan que sus victorias han llegado ante oponentes inferiores, y que necesita un rival que lo empuje al límite.

Hearn confía en que el cambio de categoría le ayude a mostrar una nueva versión. “Ennis será más fuerte en 154, sin tener que deshidratarse tanto como antes”, afirmó. Aun así, las imágenes recientes del estadounidense mostraron un físico muy similar al de su etapa anterior, lo que ha despertado dudas sobre si este salto de peso será suficiente.

Para algunos analistas, el problema puede estar en que su cuerpo pide más. “Quizá el peso medio (160 libras) sea donde alcance su verdadero potencial”, apuntan desde el entorno del boxeador. Esa posibilidad abriría un escenario interesante: si Ennis se consolida en esa categoría, podría presionar públicamente a Terence Crawford, que también planea moverse entre 154 y 160.

Hearn, siempre estratégico, no esconde su intención. “Queremos que Crawford sienta la presión mediática. Si no quiere enfrentarse a Ennis, que lo explique. Es hora de que los grandes nombres se enfrenten entre sí”, declaró.

Antes de hablar de Crawford o de Ortiz, sin embargo, Ennis deberá pasar la prueba de Lima (14-1, 10 KOs). El brasileño, aunque menos conocido, tiene pegada y ambición. Nadie espera que se limite a resistir. Sabe que una victoria en Filadelfia podría cambiar su carrera para siempre.

Ennis, a sus 27 años, encara una etapa decisiva. Ya no se trata solo de proteger un récord invicto, sino de demostrar que puede dominar una división nueva y hacerlo frente a su público. Si gana con autoridad, abrirá la puerta a combates grandes. Si sufre o decepciona, la crítica volverá a dudar.

El sábado, en Filadelfia, “Boots” Ennis no peleará solo por una victoria. Peleará por mantener viva la promesa de convertirse, de una vez por todas, en la figura dominante que todos esperaban.

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