El 6 de diciembre, el Frost Bank Center volverá a latir al ritmo del boxeo. En el combate estelar, Isaac “Pitbull” Cruz enfrentará a Lamont Roach por el título interino WBC del peso superligero. Una batalla que enfrentará estilos, generaciones y visiones del mismo deporte.

El mexicano, convertido en ídolo tras su paso por el peso ligero, llega con el respaldo de una afición que lo ha adoptado como símbolo. “La gente puede esperar ver el nacimiento de una nueva superestrella mexicana”, afirmó Cruz, con la serenidad de quien ya ha probado la gloria.

Para Cruz, no hay misterios: la pelea será otra demostración de su presión constante y su capacidad de castigo. “Estoy acostumbrado a los rivales que hablan. El trash talk no me afecta. Lo mostré contra ‘Rolly’ Romero y lo haré otra vez”, dijo.

El ex campeón promete espectáculo. “Mi meta es que los fans sean los ganadores de la noche. Me preparo para darles un show y dejar claro que puedo noquearlo”.

Cruz no subestima al rival, aunque Roach debute en la categoría. “Le daremos una bienvenida poco amistosa al superligero. Sé que puedo hacerle daño, porque los golpes duelen igual para todos”, afirmó.

Junto a su padre y entrenador, Isaac Cruz Sr., el mexicano planea un cierre de año que podría impulsarlo hacia los grandes eventos de 2026.

Roach, la ambición americana

Del otro lado, Lamont Roach llega con hambre y sin miedo. “Acepté esta pelea porque quiero traer de vuelta el boxeo de la vieja escuela”, explicó. “Siempre busco demoler y detener. Cada pelea es una oportunidad de demostrar quién soy”.

Roach sube a las 140 libras decidido a imponer su técnica. “Tendré más energía, más fuerza. Estoy en mi mejor momento físico. Si Cruz no puede soportarlo, será una noche larga”, advirtió.

Su padre, Lamont Roach Sr., lo respalda: “Estamos listos para hacer ruido. Texas es especial para nosotros, y esta pelea marcará el inicio de su legado”.

Una división al rojo vivo

El promotor Tom Brown, de TGB Promotions, resumió el atractivo del duelo: “Es una pelea peligrosa para ambos. El ganador se colocará en una gran posición de cara a 2026”.

Cruz, ídolo de la afición mexicana, quiere tomar el relevo de las grandes noches de mayo y septiembre. Roach, por su parte, busca consolidarse como un nuevo rostro estadounidense del PPV. “Este deporte necesita nuevas estrellas, y cualquiera de los dos puede serlo”, apuntó Brown.

Ambos llegan con estilos opuestos: Cruz, presión y poder; Roach, precisión y paciencia. Pero los dos comparten una misma promesa: guerra total. “Estoy preparando la mejor versión del Pitbull”, dijo el mexicano. “Cada golpe contará”, respondió Roach.

El 6 de diciembre, San Antonio será el escenario donde se crucen esas dos energías. Una noche que puede redefinir carreras y coronar al nuevo nombre grande del superligero. Porque, como dijo Cruz, “los fans serán los verdaderos ganadores”.

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